Los alimentos tradicionales y nuestra salud

Hay un montón de discusión hoy en día acerca de los alimentos tradicionales. Pero, ¿qué son? Y son buenas para nosotros o no? ¿Qué efectos tienen en el medio ambiente?

Los alimentos tradicionales se definen como plantas y animales nativos, con relevancia socio-cultural, que se recolectan en el medio ambiente local (1, 2). Pueden incluir cientos de variedades de especies de plantas y animales de una región determinada (3). Por esa razón, la preservación, el cultivo y el consumo de alimentos tradicionales es una forma importante de proteger la biodiversidad local (4, 5).

La cultura y la salud mental

El consumo de los alimentos tradicionales no sólo aumenta la biodiversidad, sino que además es una manera de compartir prácticas alimentarias y conocimientos culturales relacionados con la producción, la recolección y el consumo de estos alimentos (5, 6). Como tales, son de vital importancia para la continuidad y la preservación de los medios tradicionales de subsistencia y culturas de todo el mundo (2).

El consumo de alimentos tradicionales ha demostrado tener efectos protectores contra la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental (7). Las prácticas de cosecha pueden ayudar en el mantenimiento de las relaciones sociales dentro de una comunidad (2), que a su vez aumenta el apoyo social y la salud mental. Además, las actividades relacionadas con la comida tradicional promueven la salud a través de la actividad física regular (8).

Alimentos nutritivos

Muchos alimentos tradicionales también proporcionan importantes nutrientes como los ácidos, grasos, antioxidantes, vitaminas y fitoquímicos (2, 3, 5, 9). Por ejemplo, la quinoa contiene más altos niveles de proteína, potasio, calcio, vitamina A, magnesio y hierro que el arroz. Chochos contienen altos niveles de proteína, fibra, omega-3 y omega-6, así como una importante porción de calcio y hierro.

Pero el actual modelo industrial de alimentos ha llevado a una disminución en el consumo de alimentos tradicionales (2), en el Ecuador y en todo el mundo. Actualmente, alrededor del 80% de lo que la gente come en el mundo proviene de sólo 12 cultivos: cebada, maíz, mijo, sorgo, arroz, centeno, trigo, caña de azúcar, yuca, papa, camote y ñame (5).

La disminución de la diversidad en sus platas hace que las personas sean más susceptibles a la inseguridad alimentaria y la malnutrición (2, 6). El mayor consumo de alto contenido de grasa y de azúcar, un bajo contenido de nutrientes, los alimentos procesados ha sido vinculados a un aumento de la prevalencia de las enfermedades no transmisibles, como la obesidad y la diabetes (2, 10).

Patriminio Cultural Alimentario

Para contrarrestar esta tendencia, el Ministerio de Cultura de Ecuador ha enumerado más de 40 cocinas regionales, bajo el nombre del «patrimonio cultural alimentario». En un nuevo documento se incluye una lista de los ingredientes tradicionales con importancia cultural y una guía de cómo prepararlos (11). Muchas de estas recetas tradicionales contienen ingredientes de alimentos ricos en nutrientes, tales como habas (11).

Es una excelente manera de promover prácticas de consumo responsable en el Ecuador, porque al comer alimentos tradicionales estamos apoyando a la economía capmesina, mientras cuidamos nuestra salud y la de nuestros ecosistemas.

Una contribución de Chloé Xavier,
estudiante de epidemiologia en la Universidad de Toronto, Canada,
haciendo una pasantia en Ecuador.

 

 

 

 

REFERENCIAS

  1. Gagné D, Blanchet R, Lauzière J, Vaissière É, Vézina C, Ayotte P, et al. Traditional Food Consumption is Associated with Higher Nutrient Intakes in Inuit Children Attending Childcare Centres in Nunavik. International Journal of Circumpolar Health. 2012;71.
  2. Johns T, Powell B, Maundu P, Eyzaguirre PB. Agricultural biodiversity as a link between traditional food systems and contemporary development, social integrity and ecological health. Journal of the Science of Food and Agriculture. 2013;93:3433-42.
  3. Kuhnlein HV, Receveur O. Local Cultural Animal Food Contributes High Levels of Nutrients for Arctic Canadian Indigenous Adults and Children. Journal of Nutrition. 2007;137(4):1110-4.
  4. Fischler C. Food habits, social change and the nature/culture dilemma. Social Science Information. 1980;19(6):937-53.
  5. Grivetti LE, Ogle BM. Value of traditional foods in meeting macro- and micronutrient needs: the wild plant connection. Nutrition Research Reviews. 2000;13:31-46.
  6. Ohiokpehai O. Promoting the Nutritional Goodness of Traditional Food Products. Pakistan Journal of Nutrition. 2003;2(4):267-70.
  7. Selhub EM, Logan AC, Bested AC. Fermented foods, microbiota, and mental health: ancient practice meets nutritional psychiatry. Journal of Physiological Anthropology. 2014;33(1):2.
  8. Redwood DG, Ferucci ED, Schumacher MC, Johnson JS, Lanier AP, Helzer LJ, et al. Traditional foods and physical activity patterns and associationswith cultural factors in a diverse Alaska Native population. International Journal of Circumpolar Health. 2008;67(4):335-48.
  9. Roche M, Creed-Kanashiro H, Tuesta I, Kuhnlein H. Traditional food diversity predicts dietary quality for the Awaju´n in the Peruvian Amazon. Public Health Nutrition. 2007;11(5):457-65.
  10. Monteiro CA, Levy RB, Claro RM, Ribeiro de Castro IR, Cannon G. ncreasing consumption of ultra-processed foods and likely impact on human health: evidence from Brazil. Public Health Nutrition. 2010;14(1):5-13.
  11. Solarte CU. Patrimonio cultural alimentario. In: Cultura Md, editor. Quito: Cartografia de la Memoria; 2010.