«La Constitución de Montecristi es un hito a nivel mundial por haber establecido avances importante con respecto a reconocimiento de derechos. Uno delo s aspectos más importantes es la incorporación del «Buen vivir» o «Sumak kawsay», como el camino que debe seguir el Estado para satisfacer las necesidades de la población; convierte al «Buen vivir» en el eje organizador a través del cual se direcciona el desarrollo del país, de tal manera que se promueva una relación distinta entre los seres humanos individuales, las colectividades, y la naturaleza, pues es evidente la imposibilidad de continuar con el modelo industrial depredador basado en la confrontación entre estos. (…)
Estos aspectos se ven fortalecidos con la declaración de que Ecuador es libre de semillas y cultivos transgénicos, pues pocas tecnologías en el mundo violan con más fuerza las leyes naturales de la vida como la ingeniería genética, la misma que vulnera los derechos de la naturaleza y pone en peligro la salud humana, es decir, nuestro buen vivir.»
Así comienza el libro llamado 100 Razones para Declarar al Ecuador Libre de Transgénicos que resalta en cada uno de sus capítulos el impacto a la salud, al ambiente y a la biodivesidad, a la economía, a nuestra soberanía, e impactos legales y a largo plazo de los productos y semillas transgénicas.
Estamos en un momento muy importante en que se determinará gran parte de la soberanía alimentaria en el Ecuador. Durante la cadena sabatina del presidente la semana pasada, se anunció que se revisará la constitución de Montecristi, que actualmente prohibe la circulación de semillas transgénicas, para poder explorar con los transgénicos en el Ecuador.
Un transgénico es un organismo vivo, que ha sido creado artificialmente, manipulado sus genes,a través de la ingeniería genética. Este es un proceso que solo se puede hacer en un laboratorio. Ningún campesino puede obtener semillas transgénicas a través de métodos convencionales de mejoramiento genético.
Se podría decir que Ecuador realmente tiene una ventaja sobre los países que ya han introducido alimentos y semillas transgénicas en sus mercados. Ahora vemos, al rededor del mundo, gente luchando por dar marcha atrás con estas políticas alimentarias o si quiera para exigir que se etiqueten los productos que contengan elementos transgénicos.
En Estados Unidos hay fuertes campañas en contra de los transgénicos en seis estados. En Europa, países como Hungría y Francia han tomado fuertes posiciones para retirar semillas y productos transgénicos de sus mercados y se han visto amenazados por las grandes corporaciones estadounidenses y el Banco Monetario Internacional por tomar estas posturas.
En India, donde las semillas geneticamente modificadas se introdujeron algunos años atrás, ahora tiene una taza de suicidios que señala que cada 30 minutos se suicida un productor agrícola mayormente a causa de la deuda que no consiguen pagar debido a la continua necesidad de comprar nuevas semillas transgénicas ya que se les impide guardar e intercambiar semillas.
Grupos alrededor del país han tomado acción inmediatamente escribiendo una carta abierta al presidente de la república Rafael Correa, que puedes descargar en su versión completa AQUI: Transgénicos – hablemos claro.docx.
Esta semana ya se están llevando a cabo tres talleres con COPISa y en las próximas semanas se estarán más talleres y reuniones para aumentar el diálogo sobre la soberanía alimentaria y los transgénicos en el Ecuador. También se estan organizando talleres y conferencias por instituciones gubernamentales como la SENESCYT para argumentar a favor de los transgénicos a los cuáles debemos estar presentes para elevar la discussion y defender nuestra soberanía alimentaria.
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